Cultivar alimentos no sólo fomenta hábitos alimentarios saludables, sino que despierta la imaginación.
Lacey Fletcher es madre, agricultora local y miembro de FoodCorps en Cedarville, Arkansas. Imparte clases sobre huertos escolares, cocina y nutrición, y trabaja para promover una cultura de la salud en toda la escuela de su comunidad. Como resultado, sus jóvenes alumnos ven la comida de una forma completamente distinta.
Cuando Carson Dyer cursaba tercero, le pidieron que describiera su jardín ideal. “Si fuera realmente mágico, haría crecer magdalenas de calabaza. Serían arco iris y crecerían hasta tener el tamaño de un coche, así que tardarías como días en comértelas”.
En la escuela de Carson, los alumnos cultivan su propio huerto y desarrollan un aprecio de primera mano por lo que comen.
Otro miembro de FoodCorps, Abrianna Peyton, señala los beneficios prácticos de la granja a la escuela: “De niña aprendía mucho con las manos, y hay algo diferente cuando puedes entrar y hacer las cosas tú mismo y ver lo que has creado. La granja escuela da a los niños la confianza en sí mismos de que son capaces de lograr cosas”.
¿Conseguir que un niño de ocho años quiera comer calabaza durante días? Eso sí que es un logro.
Newman’s Own se enorgullece de apoyar a FoodCorps, que ayuda a proporcionar educación alimentaria y comidas escolares nutritivas a más de 120.000 estudiantes cada año.